sábado, 16 de febrero de 2008

"M., El vampiro de Dusseldorf", Fritz Lang

Un silbido.
Un silbido alegre y despreocupado es el sonido del horror, el preludio de la muerte. Un horror que se siente a cada fotograma, que se palpa, y que sin embargo nunca se muestra directamente. No hay una sola escena en que Fritz Lang nos enseñe cómo mata el asesino, qué es lo que hace a sus víctimas, elección ésta que no hubiese sido del todo ilógica si su intención fuese asustarnos, hacernos participar del pánico colectivo de la ciudad. El director prefiere por el contrario desplazar la violencia de las acciones a los objetos, y es entonces cuando un globo enganchado en los cables de una torre de electricidad puede tener toda la fuerza de un grito de terror. Lang dota de nuevos significados estos objetos, por otra parte tan cotidianos, tiñéndolos de espanto: una pelota que rueda sola, una mesa dispuesta para comer a la que nadie se sentará, una escalera que nadie sube… incluso hasta las sombras de la casa de la madre que espera a la hija que nunca volverá parecen saber lo que ha ocurrido, incluso hasta las ventanas parecen dibujar cruces.

Tampoco a M., el asesino, nos lo muestra inmediatamente. Lo primero que nos llega de él es su sombra proyectada sobre un cartel que habla precisamente sobre el propio asesino. Un poco más adelante nos encontramos con un plano general del vampiro y su próxima víctima, pero la cámara está demasiado lejos como para poder reparar en detalles más concretos. La primera vez que de verdad vemos la cara del asesino es una vez ha cometido ya su primer asesinato. Éste aparece en una mueca mirándose en el espejo –un objeto que aparecerá asociado al personaje en varias escenas más-, casi como un auténtico vampiro, sólo que en este caso sí se refleja, no se trata de un mito: el peligro es real.
El hecho de que no se nos muestren sus crímenes hace que hasta cierto punto el espectador no llegue a odiar del todo al asesino. Representativa es en este sentido es la escena en la que es capturado en el desván del edificio: más que un monstruo, pareciese un animal amedrentado. A partir de aquí el director da más texto al personaje, y es justamente para defenderse -en el ‘juzgado popular’ al que es sometido-. El asesino intenta justificar sus actos, y, aunque nunca llegamos a perdonarlo, provoca en nosotros cierto sentimiento de compasión y nos sentimos aliviados de que en último término sea entregado a la justicia y no eliminado en ese mismo momento. Es por tanto un personaje que llena de contradicciones al espectador. En cuanto a su interpretación, si bien es cierto que está algo sobreactuado, no deja de haber algo de repulsivo en él, contrapunto que sirve muy bien al film.

Ejércitos enteros avanzan por las calles desiertas de Dusseldorf en busca del asesino en unas escenas de gran fuerza y belleza. Sus habitantes están nerviosos, el miedo, el temor, se respira en las calles, en cada conversación, en cada gesto. Redadas en los bajos fondos, una ciudad entera en cuarentena. En esta situación no serán sólo las fuerzas del orden quienes intenten encontrar al vampiro, si no que delincuentes y mendigos, cada uno con sus diversas motivaciones y organizados de una forma extraordinariamente profesional, intentarán también dar con él. Serán precisamente ellos quienes lo apresen gracias a la ‘buena vista’ de un vendedor de globos ciego. No deja de ser irónico que sean en este caso los grupos rechazados por la sociedad quienes al fin y a la postre más útiles le hayan sido.


1 comentario:

  1. Esto de hacer una critica sobre una critica me parece algo estupido, sin embargo no queria dejar pasar la oportunidad de advertir lo superficial de este analisis de la pelicula que no solo pasa por alto varias cuestiones que hacen al film excelente sino que ademas varias de las cosas que dice carecen completamente de sentido, especialmente la comparacion constante del asesino con un vampiro, ya que el subtitulo de la pelicula (agregado en la traduccion y no asi en el titulo original) corresponde mas a un hecho historico que a la unica relacion de M en la pelicula con un vampiro y que aun asi es omitida en esta critica.
    A pesar del contenido me gusta la forma, como esta escrito, pero lamentablemente forma y contenido no se separan.

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Escúpelo ya!! Maldit@